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Estas son las claves para decirle NO a la carne ecológica.

Razones para decirle NO a la carne ecológica
La dieta vegana es una tendencia creciente y también lo es la preocupación por el bienestar animal. Como consecuencia, han surgido diversos productos de origen animal (huevos, leche) que llevan la denominación “ecológica” u “orgánica”, entre los cuales también se encuentra la denominada “carne ecológica”.
Lamentablemente, esto no es más que un truco publicitario y a continuación te contamos por qué debes decirle NO a la “carne ecológica”.

La trampa en la denominación “ecológica”
Para que una carne (de ave, de cerdo o de res) sea denominada “ecológica” basta con que los animales sean alimentados con piensos (o pasturas/forrajes) orgánicos, nada tiene que ver con cómo son tratados en las granjas o criaderos.
Además, tampoco se regula el uso de recursos naturales y la generación de contaminantes a partir de la cría de animales, por lo que no existe una verdadera protección de la ecología.

El mito de la felicidad de los animales en la granja
Los animales en granjas o criaderos son maltratados, mutilados y hacinados, obligados a vivir para comer, en condiciones de extrema suciedad (deben convivir con sus propios excrementos). Por ejemplo, los pollitos en los criaderos viven con una iluminación artificial constante para estimularlos a comer más y a engordar rápidamente. Como resultado, muchas de estas pequeñas aves mueren súbitamente, tienen problemas en sus patas y comienzan a rasguñarse y picotearse frenéticamente unos a otros.
Las crías de vacas y cerdos son separadas precozmente de sus madres, y son marcadas con hierros calientes o cortes en sus orejas para identificarlas.
Las gallinas y los pollos no están enjaulados, pero sí son hacinados en galpones y no salen al exterior.
Una vez alcanzado el peso ideal para la matanza, los animales son sacrificados y el método más utilizado en las granjas es el degollado. Cabe destacar que los animales perciben cuando se acerca el final, se asustan, se alteran y tratan de escapar.
Cuando los animales están obligados a formar parte de un mercado perverso, no existe una vida feliz ni una muerte indolora.

El impacto ambiental continúa existiendo
Los últimos datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en relación a la ganadería muestran que esta actividad genera el 14,5% de los gases de efecto invernadero y consume gran cantidad de recursos naturales (suelo, combustibles, agua), incluyendo un tercio de los granos cosechados a nivel mundial.

Se gana dinero a partir de la matanza de animales
Quienes comercializan esta “carne ecológica” insisten en que los animales son criados en libertad, sin la explotación del hombre. Sin embargo, la incoherencia entre esta afirmación y la realidad se puede apreciar fácilmente ya que los productores ganaderos ganan mucho dinero criando animales que luego son sacrificados para satisfacer el paladar de algunos humanos.
Aunque un animal sea criado en una granja y “en libertad”, la explotación se hace evidente cuando estas criaturas no son más que un medio (y producto) para lograr el enriquecimiento económico y el placer.

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