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Alimentación ecológica y responsable: ¿Qué puedo hacer como consumidor?

Consumir alimentos ecológicos es un pilar básico para llevar una alimentación responsable. Sin embargo, el respeto por el medio ambiente y la protección de la vida animal sostenible no son las únicas acciones que puedes realizar como consumidor consciente.
Una alimentación sostenible comienza antes de la compra de alimentos y no termina cuando finaliza la comida. ¿Qué puedes hacer como consumidor? A continuación, encontrarás la respuesta.

INFÓRMATE

Es fundamental que tengas conocimiento acerca de la producción de los alimentos que vas a consumir: lugar de origen, consumo de recursos naturales, agregado de aditivos químicos, crueldad animal, condiciones dignas de trabajo y materiales de los envases y embalajes.

HAZ ELECCIONES CONSCIENTES

Debes elegir vegetales (hortalizas, frutas, semillas, frutos secos, legumbres y cereales) procedentes de la agricultura ecológica, es decir, aquellos en los que no se han utilizado fertilizantes ni pesticidas químicos para su cultivo.
En cuanto a las carnes, si no puedes evitarlas es importante que al menos moderes su consumo. Existe la certificación de “Ganadería Ecológica” que garantiza que los animales no han sido alimentados con productos que contengan químicos sintéticos. Pero el sufrimiento animal sigue estando presente.
En relación a la leche, es recomendable que elijas aquella de animales criados a pasto. Lo mismo sucede con los huevos, debes optar por los procedentes de granjas y evitar los comercializados por los criaderos intensivos de aves.

APOYA LA ECONOMÍA LOCAL Y REGIONAL

Valorar la producción local y regional de comestibles y apoyar a pequeños productores también es parte de una alimentación responsable. De lo contrario, los grandes productores y unas pocas empresas privilegiadas continuarán controlando lo que la mayoría de las personas llevan a su mesa, sin importar la calidad alimentaria ni el valor ético del producto.
Los alimentos ecológicos son producidos a menor escala y sus precios suelen ser más elevados si se los compara con los alimentos convencionales. Sin embargo, consumiendo este tipo de comestibles estás:
– Cuidando el medio ambiente
– Reduciendo el número de químicos tóxicos que ingresan a tu organismo
– Apoyando a los productores locales y al comercio justo
– Reduciendo las pérdidas de alimentos, especialmente de frutas y hortalizas. Durante el transporte a larga distancia se deterioran gran cantidad de verduras, hortalizas y frutas. Como si esto fuera poco, los grandes productores clasifican las frutas y verduras según su tamaño, color y apariencia. Las que no cumplen ciertos criterios estéticos, son descartadas, aunque sean perfectamente aptas para el consumo humano.

NO TE DEJES ENGAÑAR POR LAS CAMPAÑAS PUBLICITARIAS – LEE LAS ETIQUETAS NUTRICIONALES

La publicidad nada tiene que ver con la calidad del alimento. Todavía existen muchas deudas pendientes en lo que se refiere a la regulación en la publicidad de alimentos. A los niños se los engaña poniendo la figura de personajes populares en los envases de bebidas azucaradas y comida chatarra. A los adultos se los atrapa con promesas de resultados mágicos para perder peso o mejorar la salud.
Lo cierto es que los alimentos milagro no existen y cuando llevas una dieta equilibrada no es necesario que cada alimento que consumas esté enriquecido con vitaminas, hierro u omega 3. Estos comestibles etiquetados como “fortificado con” o “enriquecido con” son más costosos y en realidad vienen a satisfacer una necesidad que no existe (en la mayoría de los casos).
Si se trata de un alimento elaborado o procesado, todo lo que necesitas saber está en la etiqueta nutricional. Lee atentamente la información nutricional y la lista de ingredientes. Si en esta última abundan las combinaciones de letras y números (por ejemplo, E-102) y los compuestos químicos cuyo significado desconoces, evita ese alimento.

EVITA DERPERDICIAR ALIMENTOS

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) declaró que “un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician”. No existe consumo responsable si se despilfarran alimentos. Cuando tiras un alimento, se pierden sus nutrientes y los valiosos recursos naturales que fueron utilizados para producirlos.

REDUCE LOS ENVASES Y EMBALAJES PLÁSTICOS

Si bien en la actualidad existen plásticos biodegradables y reciclables, esto no justifica abusar de este tipo de envases y embalajes. Como consumidor responsable, lo primero que debes hacer es REDUCIR la cantidad de plástico que utilizas. Luego, debes REUTILIZAR las bolsas y los envases plásticos que tengas en tu hogar y, como última medida, puedes RECICLAR estos materiales.

MEMORIZA EL SELLO FAIRTRADE

Probablemente conozcas los sellos que certifican que un producto alimentario es apto para veganos o celíacos, o que ha sido producido mediante agricultura ecológica. Sin embargo, vale la pena que comiences a buscar la certificación FAIRTRADE.
Un alimento que cuenta con el sello FAIRTRADE garantiza que los trabajadores que lo cultivaron y/o elaboraron tuvieron condiciones laborales dignas y que se les pagó un precio justo a los productores.

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