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Hazte un experto en cocina crudivegana. PARTE II

Los alimentos deben ser introducidos en nuestra dieta para proporcionarnos un beneficio. Todos los alimentos que ingerimos deben de ser conscientemente comprados, cocinados e ingeridos. En ocasiones y debido al desconocimiento o a la desidia, introducimos en nuestra dieta alimentos que no nos aportan ningún beneficio o incluso nos perjudican gravemente la salud. En este apartado vamos a hablar de los principales “ingredientes veneno” que debes de retirar de la cocina.

Lo más importante que debes tener en cuenta a la hora de elaborar tu dieta, es lo que vas a quitar por encima de lo que vas a añadir. Quitar lo que te perjudica por encima de lo que te va a beneficiar, debemos de eliminar el concepto de “quitar dolencia” por el “no presencia de dolencia” y mantener ese “Primum non nocere” de Hipócrates.

Alimentos prohibidos

Aunque la lista de ingredientes prohibidos para una cocina saludable, podría ser muy extensa, hemos elaborado este pequeño listado de productos que no debemos utilizar:

1.Embutidos: En su elaboración se emplean Nitritos porque evitan la putrefacción y destruyen las esporas causantes del botulismo. Su efecto es antiséptico y mejorante del sabor, pero del mismo modo, favorecen la formación de sustancias cancerígenas, como las nitrasaminas. También se emplean Nitratos que se usa junto al azúcar y pueden darse diferentes reacciones como la formación de nitrosaminas de acción cancerígena.

2. Azúcar: El azúcar es uno de los venenos más extendidos en nuestra sociedad, no solo por el azúcar que nosotros añadimos en las recetas o como edulcorante de bebidas, sino que además esta presente en la mayoría de los alimentos procesados para dar sabor y como conservante. El azúcar se convierte de un modo veloz en grasa en forma de triglicéridos. Es altamente acidificante y desmineralizante.

3. Carne: El Centro de Control de enfermedades de Atlanta publico varias estadísticas que mostraban cómo la mitad de las más de 7.000 toneladas de antibióticos que se producen cada año en Norteamérica, son utilizados para los pollos y el ganado. Además el ser humano no esta preparado para la optimización de la digestión de carne, es un alimento altamente acidificante.

4. Lácteos: Es acidificante, desmineralizante, cancerígeno, problemas de mucosidad y osteoporosis. Relacionada con enfermedades relacionadas con la inflamación en huesos y articulaciones.

5. Alimentos refinados: El cuerpo compensa su déficit de micronutrientes liberando los que ya tiene y por tanto desmineralizamos el cuerpo. Su falta de fibra tiene efectos negativos sobre nuestros intestinos y puede degenerar en estreñimiento crónico (principal causa del cáncer de colon). 

6. Trigo: Altamente modificado genéticamente, crea intolerancias alimenticias, daña los intestinos y sus mucosas.

7. Margarina: Es una sustancia artificial alterada, que deja de ser una grasa apta para el consumo y que vamos a retirar de nuestras recetas.

Alimento vivo: Es aquel que tiene vitalidad intrínseca o vida. Cuando recolectan las verduras o las frutas, estas permanecen con vida un tiempo, manteniendo las propiedades que la naturaleza les ha conferido. También son alimentos vivos todos los granos que después de años de ser recolectados, tienen la capacidad de germinar y producir vida.

Además de los alimentos frescos, también son alimentos vivos

aquellos que son ricos en fermentos como el miso o el chucrut, que aumentan su vitalidad enzimática.

Alimento muerto: El alimento muerto es aquel que ha perdido su estructura básica vital, bien por muerte biológica o por alteración artificial. Estos alimentos crearían putrefacción intestinal. Son alimentos muertos la carne, el pescado, alimentos refinados, cocinados inadecuadamente (a altas temperaturas y aceites no aptos).

El Dr. Kellogg investigo sobre la base de estos dos conceptos para elaborar una teoría sobre lo que llamo “alimentos fermentativos y alimentos putrefactivos”. Según este estudio, los alimentos putrefactivos son los alimentos que fermentan en nuestro  organismo y son; la carne, el pescado, azúcares, harinas refinadas, leche, alcohol, café etc.

Alimentos vivos-alimentos muertos 

Aunque nuestro organismo puede perfectamente tolerar estos alimentos, con el tiempo, si se lleva una alimentación mayoritariamente putrefactiva, se va debilitando el organismo produciéndose inflamaciones, divertículos, apendicitis, colitis, estreñimiento, etc.

Estos alimentos no solo crean putrefacción por el hecho de no ser adecuados para nuestro sistema digestivo, además contienen una serie de bacilos putrefactivos que acompañan a los alimentos muertos (entre 60 y 180 millones de bacilos putrefactivos), estos bacilos son todos patógenos. El cuerpo cuando ve que entra tal cantidad de agentes tóxicos se defiende produciendo la leucocitosis.

Los alimentos fermentativos son las verduras y hortalizas crudas, frutos secos crudos, fermentos lácteos como el kéfir y el yogur, germinados, tamari, miso, chucrut. Ayudan a la acción de los jugos gástricos, pancreáticos, biliares e intestinales, facilitando la asimilación de vitaminas, minerales y aumentando el volumen del contenido intestinal. Este tipo de alimentos fermentan en el intestino favorablemente.

Alcanilidad de los alimentos

Una de las bases sobre las que se centra el concepto de salud o enfermedad en el campo de la naturopatía es el concepto de ácido y alcalino. Nuestra tendencia en la alimentación ha de ser predominante alcalinizante, ya que si conseguimos un terreno alcalino nuestra salud estará a buen recaudo.

Para el mantenimiento de un ph alcalino, no solo es necesario mantener una buena alimentación, también influye nuestro estado de ánimo y predisposición.

Medida del ph en saliva se haría después de 2 horas de ayuno y los resultados se medirían del siguiente modo: 

6,7 – 7: Muy buena reserva alcalina. 

6,4 – 6,6: Buena

6,1 – 6,3: Pérdida de reserva alcalina 

menos de 6,1: Peligro

Los trastornos de un exceso de acido en el cuerpo pasan por inflamaciones, desmineralización, disminución de defensas y formación de depósitos.

Te recomiendo que leas el estudio de Otto Heinrich Warburg

(1883-1970). Premio Nobel 1931 por su tesis «la causa primaria y la prevención del cáncer».

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